lunes, 7 de marzo de 2022

Fortaleza y Villa Mucster, Sesión 0

     

A pesar de que ibamos a jugar en RO, y en los Reinos Fronterizos, hemos decidido cambiarlo a una versión propia de lo que son los Reinos Fronterizos, pero manteniendo la esencia de lo que son los Reinos Fronterizos, tierras salvajes sin civilizar, y que son tierras de oportunidades para aquellos lo suficientemente locos o atrevidos para tomar un trozo de tierra y labrarse un futuro en ella.


La fortaleza ha tenido épocas muy buenas, desde la fundación por Macsen Wledig, hasta malas, cuando falleció junto a numerosos hombres en una guerra en las lejanas tierras que lo vio nacer. 


Después de eso, pasó una época de crecimiento gracias a la gestión de Devereau, Sabine y Jadale, hasta la llegada hace ya 30 años de los aventureros de la Compañía de La Lechuza Dorada. 

Tras unos desaires iniciales, algunos miembros de la compañía construyeron viviendas en lo que hoy es la villa, atrayendo a personas que veían la cercana fortaleza como un lugar seguro y a la compañía mercenaria de los Lechuzas Doradas como sus protectores. A pesar de que los veían como una amenaza latente para el sistema de vida de la fortaleza, Dhissen, comandante de los Lechuzas, entablo amistad con los miembros de la fortaleza. Pidió poder levantar una muralla alrededor de la villa, ampliando las edificaciones ya existentes. En menos de 3 años, lo que empezó como un campamento militar albergaba a más de 1000 personas. Dhissen, ambicionaba la posesión de la fortaleza, ya que era su idea de asentarse y crear un dominio alrededor de la misma. Y esa oportunidad se dio cuando entre él y Jadale creción el amor. Viendo que era un hombre justo, leal y fiel a su palabra, la mayoría de la gente animaba a Jadale a casarse y crear entre ambos una nueva dinastía como señores de la fortaleza.


Así, tras acceder como matrimonio, recibir la lealtad de las familias de la fortaleza, y de la gente de la villa, se casaron como nuevos señores de la fortaleza, la villa y las tierras circundantes.


 Tras más de 30 años, desde la llegada de los primeros lechuzas, lo que era una comunidad de supervivientes dentro de los muros de la fortaleza, es hoy un próspero dominio bajo el mando del hijo de Dhissen y Jadale, Dhissen II Mucster. Un chaval de 25 años que con la ayuda de su madre, Jadale, una castellana, Sabine, y Surtren Kindall, el capitán de caballería de las Lechuzas Doradas, es un gobernante querido por todos. La mayoría de las personas que habitan en la fortaleza o son ya ancianos que vivieron desde sus inicios o son seguidores de la familia Mucster. Esta fortaleza vuelve a ser un punto estratégico de la zona, dando cobertura a los aldeanos en caso de ataques de criaturas de los bosques, pantanos o bandidos. 

Mucha gente de zonas aledañas, se refieren al joven señor como barón Mucster, y a la villa como villa Muscter o villa Lechuza Dorada, por el emblema que ondea tanto en la fortaleza como en la villa.


Con una forma de L y rodeada por una muralla de 30' de alto de madera, con una anchura de 10' en su base, con torres de madera y con pesadas puertas. La villa dentro es confortable, con un animado comercio tanto con las aldeas cercanas, como con las lejanas ciudades costeras y con las rutas comerciales del Sheir. La ciudad enana de Fuegoeterno, enclavada dentro de las montañas y de los bosques al norte de la fortaleza, han hecho que aquella comunidad de subsistencia que era antes de la llegada de Mucster, sea hoy una comunidad de más de 4000 habitantes. La llegada de nuevos habitantes, atraídos por las oportunidades, o simplemente refugiados de las numerosas guerras que asolan estas tierras sin ley que hay más al sur de la fortaleza, ha visto como crecía un arrabal a los pies de las murallas. Para solucionar esto, se ha levantado una nueva muralla temporal para proteger esa nueva parte de la villa y dar así una seguridad a sus habitantes.


La vida de la villa se basa en las gestiones que hace el señor y su corte, las 5 familias nobles que son los originalmente oficiales que acompañaron a Dhissen, y en los numerosos comerciantes que en estas zonas operan. Una de los problemas que han tenido siempre, es la tolerancia con la esclavitud. Al ser una tierra tan belicosa y salvaje, las normas más civilizadas son mas laxas aquí. A pesar de ello, se ha dotado de un concejo ciudadano, un gremio comercial e incluso una guardia de la villa. Numerosas personalidades de otros enclaves cercanos quieren agradar a esta baronía que parece apoyan los dioses, pues en 30 años ha pasado de la nada a ser una fuerza a tener muy en cuenta.







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