viernes, 22 de noviembre de 2013

Reto 30 días. Día 22: Las mayores guarradas que has comido jugando a rol.

Bienvenidos al reto de los treinta días, hoy analizaremos una sempiterna pregunta, comida sí o comida no.

Yo soy partidario de que el masticar algo durante las sesiones puede ayudar a evadirse un poco, perdiendo el hilo del juego, pero soy favorable a realizar alguna pausa para evitar desmayos por el azucar. La verdad es que he tenido etapas de las típicas patatas, ganchitos, y sus refrescos alcoholados o no. Pero la palma se la lleva el día que jugué una partida en una sala de un restaurante de los padres de uno de los jugadores.

El caso es que era un domingo y el compañero se había fracturado una pierna, y como vivía en el edificio del restaurante sus padres lo habían aparcado en una sla que usaban de medio despacho-almacen. Así que una vez jugando desde las 10:00 de la mañana a la hora de la comida salíamos a la cocina y pillabamos pues de lo que hubiera para pillar, que canalones, pasta, guarniciones variadas y postres. Sobre todo fue la tarde de los postres. Mezclar de todo. Y uno de los jugadores decidió que si le gustaban los guisantes crudos y el arroz con leche porque no combinarlo y comerselo. Ese sabor azucarado del arroz con leche con la dureza de aquellos guisantes frescos ha sido la mayor guarrrada que he comido jugando al rol.

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